Alberto Fernández no le hace caso a los consejos de su nutricionista

Los cocineros de Olivos lo cuidan pero el presidente tiene un truco para esquivar el menú light.

Alberto Fernández reconoció en más de una entrevista que subió de peso desde que asumió el 10 de diciembre. Exactamente ocho kilos. Dice que la crisis económica y sanitaria por el coronavirus le quitó el sueño.

El Presidente, entonces, contrató a un nutricionista para volver a estar en línea. Pero como buen político, encontró una manera para esquivar la imposición. Así no hay dieta que sirva.

Página/12 reveló el truco de Alberto: “Aunque los cocineros tienen orden de hacerle el plan que le preparó un nutricionista, él no siempre quiere comerlo y en alguna que otra ocasión le pidió a otro comensal que le cambie el plato”.

Si bien Fernández no pide comidas especiales, los cocineros ya saben que no pueden usar legumbres.

“Es como un trauma que tengo: siempre sentí que no las podía tragar“, explicó el propio Presidente durante una entrevista en Olivos.

Lo que Alberto no quiso contar es si cada vez que preparan flan casero él lo come o, por pedido del nutricionista, se lo ofrece a un invitado.