Dígale quién manda y quién es el mandado

Como aquellos versos de Joan Manuel Serrat, donde el poeta dice “aclárenos quién manda y quién es el mandado”, el Coqui Capitanich recibió el mensaje de la presidenta y se alineó al paladar negro Kirchnerista. A un mes de asumir la Jefatura de Gabinete, su mini primavera se apagó como las luces de miles de usuarios esta semana. El punto de inflexión fue la orden que recibió de demorar el envío de ayuda a Córdoba, en plena sublevación de los policías por reclamo de mejoras salariales. Luego de eso, todas sus conferencias, a primera hora, fueron deslucidas: debió recalcular el anuncio de cortes programados y se encomendó a Dios por los posibles saqueos del 19 y 20 de diciembre. Axel Kicillof le marcó la cancha y demostró ser el hombre de verdadera confianza de Cristina, y Julio De Vido le dio muestras que aún tiene tela para cortar. En palabras de un frecuente observador de los movimientos en la Rosada: “Coqui arrancó hablándole a la gente y el sistema político. Ahora solo le habla a Ella, con el libreto que le dictan”.