Referentes del peronismo que viene acompañando estos diez años de kirchnerismo, sin sentir absoluta pertenencia a este espacio, comenzaron a reclamar puertas adentro cambios de actitud y nombres. Cristina volvería, en los próximos días, a aparecer en público, y su primer mensaje es muy esperado. Ya en la campaña había aparecido una Cristina algo componedora y con algunos anuncios interesantes para la clase media, como la baja de carga impositiva. Sin embargo, se teme que el triunfo obtenido en la Corte Suprema con la Ley de Medios, reponga en escena a una presidenta con ansias de revancha y no concentrada en la meta de llegar tranquila al cumplimiento de su mandato. Si esto sucede, en el peronismo advierten problemas por venir profundos, especialmente de gobernabilidad. Aspiran, como primer gesto de distensión, algunos cambios en el gabinete, como reemplazar al Jefe de gabinete Abal Medina, por un hombre de diálogo con las fuerzas opositoras. Julián Dominguez es ese hombre, dicen. También afirman que la presidencia provisional del Senado debería pasar a una figura con mayor cintura política que la esposa de Alperovich, sobre todo pensando en el debilitamiento de Amado Boudou, por su problemas judiciales. Miguel Ángel Pichetto hace tiempo que pretende ocupar ese lugar y tras su buen performance en Río Negro se cree con derecho a exigir.