Massa es el consagrado de la debilidad interna de la UP

Cristina debió aceptar el mal menor aunque el quiebre interno del peronismo. ¿El candidato del consenso o la extorsión ?

En el filo del cierre, la Jefe del kirchnerismo debió dar un volantazo hacia Sergio Massa, al igual que cuando quiso priorizar evitar el default y la mega devaluación. Extraño momento político para el peronismo ir detrás de un ministro de economía que no pudo derrotar a la inflación. Sin embargo, un Massa afuera del esquema o disconforme hoy puede ocasionar un daño letal cuando faltan aún largos meses de gestión.

Si bien la tríada Cristina-Máximo-Massa parece un bloque sólido ante la finitud del presidente Alberto, lo que viene ante un casi segura derrota electoral es una re configuración del peronismo con nuevos liderazgos. El axioma “Cristina ordena los demás siguen” hoy está muy discutido.

En definitiva, la opción Massa tras el amague de Wado se podría resumir en este razonamiento: con Wado era una fórmula para perder mientras que con Sergio es una opción para perder lo menos posible e ir reconstruyendo la importante yapa de intentar ganar en la provincia de Buenos Aires.

La ofensiva total no la tuvo en sus manos Cristina. “Hubo manoseos e inquietud hasta el final”, reconoce un cacique bonaerense. El gobernador De Santiago del Estero,  Gerardo Zamora, presionó a Alberto para que baje a Scioli de las PASO. El presidente demostró seguir siendo un eximio “operador” (rol que nuca debió abandonar)  y le hizo entender al Pichichi enojado que eran tiempos de priorizar la unidad.

“Reconocemos a los compañeros Wado de Pedro y a Daniel Scioli que apostaron a la unidad del peronismo, anteponiendo lo colectivo por sobre lo individual”, aseguraron desde Unión por la Patria.

Desde el vamos, los gobernadores e intendentes vieron flojedad en la fórmula de la “generación diezmada”. Los fanáticos k, materializados en la tribuna de C5N, han sufrido un. gran desencanto. Cristina les había hecho creer en sus estudios que el camino venía por la épica y por el contrario terminó en un brutal pragmatismo.

Hay al menos una gran interrogante a corto plazo: ¿Podrá Massa hacer campaña siendo ministro de economía? Es muy poco probable desde la conveniencia hasta las formas. Le daría la llave a su segundo, Gabriel Rubinstein, quien es conocedor técnico de las definiciones centrales con el FMI.

En cuanto a las lecturas políticas generadas por el volantazo, faltan detalles de cómo se gestó el acuerdo de la unidad. Si fue desde la “extorsión” de “me eligen o dejo todo a la deriva”, la sensación es que la cohesión de la foto pronto demostrará gran debilidad.

Horacio Caride