Otra “víctima” del caso Parrilli

La controladora de faltas Mabel Angotti está a punto de sufrir las consecuencias del escándalo que protagonizó la ex jueza Elsa Parrilli por negarse a pagar una multa. Un dictamen de la Procuración porteña recomienda su cesantía por tres motivos: no haberle exigido el permiso de libre estacionamiento a Parrilli, no haber fundamentado el archivo de algunas infracciones y haber ordenar que le devuelvan el auto sin pagar el acarreo. Angotti está a cargo de la Unidad Administrativa de Control de Faltas 36 desde 2001, luego de terminar decimotercera en un concurso. Y tenía buena reputación entre sus colegas. De hecho, había obtenido la calificación más alta en su evaluación de 2008. Pero su actuación en el caso de Parrilli dejó muchas dudas. El Gobierno le aplicó una suspensión de nueve días e inició el expediente interno Nº 1.244.436/2009. Cuando fue citada a declarar, Angotti hizo hincapié en las dificultades que deben afrontar los controladores, como la falta de recursos y de personal. Además, justificó una por una las multas que decidió archivar. Dijo que ninguna era grave. Pero no logró acreditar la existencia del certificado de libre estacionamiento que aseguraba tener Parrilli, a la que describió como una persona “desbordada”. A pedido de Angotti, en el sumario también declararon ex controladores de faltas. Todos remarcaron la carga de trabajo: dijeron que resuelven entre 40 y 60 legajos por día. Pero la conclusión del dictamen 44.873 no deja lugar a dudas: propone agravar con cesantía la suspensión que ya le habían aplicado. Se la acusa de “no haber acreditado fehacientemente la existencia de un permiso de libre estacionamiento pese a haberlo indicado al momento de dictar resolución”. También de cometer errores formales en media docena de actas. Y haber ordenado la devolución del vehículo “absteniéndose del cobro de la tarifa por el traslado con grúa basándose en una resolución de archivo del acta B 12042971, la que carece de fundamentación”. En el Gobierno todavía no quiere arriesgar cómo va a terminar esta historia.