¿Quién gana el Martín Fierro del “papelón”: Boca o River?

Pasó el Mundial de clubes para ambos. Solo se cruzan en el Aeropuerto de regreso. De todas maneras hay diferencias.

El Mundial de clubes pasó para Boca y River. El ingenioso Luis Ventura lanzó la idea de hacer un Martín Fierro del Fútbol, y ya  tiene el nombre de la futura terna: “el peor papelón del año”. Boca perdió su último partido con el improvisada club de amateurs, el Auckland City de Nueva Zelanda. River, en cambio, batalló frente al Inter de Milán.

Algunos periodistas deportivos quieren homologar el desastre. Las opiniones futboleras están muy lejos de ser científicas y lo lindo es el debate que luego se transforma en folclore. Hay puntos de partida y de salida diferenciales en la performance que dejaron los dos equipos más populosos de la Argentina.

El equipo presidido por Román Riquelme llegó a EE.UU. precedido de un ambiente pesado. Hay jugadores como Rojo que solo siguen por su curriculum vitae y están lejos de aquella gloria. Incluyamos al gran declarante, Edinson Cavani. ¿Qué señora no querría tenerlo de yerno comiendo los domingos en familia?

Por la reconstrucción que heredó Miguel Russo,  al principio se tuvo una lectura positiva por el cambio de energía que tuvo el equipo , sobre todo ante el poderoso Bayer Munich. En todo caso, Boca fue competitivo pero perdió los dos primeros encuentros y solo empató con el equipo del profesor de matemática.

River, en cambio, todavía tiene el sueño de la Copa Libertadores. Sus jugadores dieron pelea ante el Inter hasta que le expulsaron a Martinez Quarta. Después cayó en la fanfarronería sudamericana de no admitir la derrota. Acuña fue el del potrero.

Triste fue para los millonarios presenciar la deslucida despedida de su última gema: Mastantuono tuvo su cabeza en su nuevo desafío: brillar en el Real Madrid.

La eliminación de los dos grandes del fútbol nacional fue la excusa para que el presidente tuiteara a favor, otra vez, del proyecto de la SAD. Definir que se podrían garantizar éxitos dentro de la cancha a partir de un trazado de administración privada del fútbol, hace acordar a debates mayores como los que fueron la ola privatizadora de los 90 . Ni el Estado es siempre ocioso, ni los privados son siempre usureros.

“Hasta cuando hay que señalar el fracaso del modelo Chiqui Tapia? “, señaló el ex arquero ahora con investidura presidencial. El fútbol argentinos es una calamidad por sus dirigentes , los que están de la casta y los que quieren disfrazarse de algo nuevo. Un juego maravilloso que a través de la pasión de sus hinchas siguen proyectando temporadas como El Juego del Calamar.

Horacio Caride