Toc, toc

El prestigioso perito criminal Avelino Barata está volviendo locos a mecánicos de una conocida compañía de autos. Resulta que su chofer, a quien apodan “Riquelme” (por su parecido físico) va todos los días a la concesionaria a decir que su jefe quiere que le cambien el auto, recientemente adquirido. Se queja de ruidos molestos. Parece que el investigador tiene un sexto sentido.