El arrepentido de arrepentirse toma café y espera la sentencia

Mario Pontaquarto se sienta en la mesa de siempre, en el bar de  la esquina de Cabildo y Aguilar, barrio de Belgrano. Gafas oscuras y gorra visera. No deja de sonreír, luciendo un buzo con el escudo de River, el club de sus amores en el que trabaja llevado por su amigo, Daniel Bravo, el mismo que lo llevó a la Rosada para reactivar las denuncias de supuesto sobornos en el senado, que en días más tendrá un final en Comodoro Py. Tras hojear el diario y hacer bromas sobre fútbol se despide para repetir la ceremonia al día siguiente. No parece ser el semblante de un hombre preocupado por modificar la moral media de la política. Por lo que trasciende del juicio, no hay pruebas contundentes y todos los implicados, inclusive el ex Secretario Parlamentario, quedarán absueltos. Sandra Montero, ex secretaria del Remo Constanzo, fue otra “arrepentida” que contó que su ex jefe la amenazó de muerte para que no declarase. Coincidencias de la vida , ella también está vinculada al mundo River a través de venta de jugadores. La estrategia de los acusados radicales fue vincular a la Side de la etapa K, a cargo de Sergio Acevedo, como estrategas de Pontaquarto, habiéndole aportado datos para su declaración.