El lado B del Senado gate

A la teoría más fuerte que es la consagración a la impunidad por parte de la justicia en un soborno a un grupo de senadores por 5 millones de pesos para aprobara la reforma laboral, se contrapone otra que tiene menores adeptos, pero que convive en el sistema político. El lado B del Senado gate habla de una conspiración que le dio la estocada final al gobierno de la Alianza.¿Cómo fue, según los que no creen en Pontaquarto y sus dichos? ¿Un ex vice presidente y un grupo de peronistas dispuestos a un operativo destituyente para reinstalar la idea que al país solo lo gobierna el PJ?. Seguramente esta creencia no tiene linealidad en su comportamiento de contrastación sino muchas zonas grises. Se habla de un “arrepentido” que descubrió, en su ataque de moralidad, un buen negocio para tazar sus dichos ante medios y tribunales. La primera confesión del ex Secretario parlamentario fue en la ya desaparecida Revista TXT, dirigida por el actual canciller Héctor Timerman. La nota realizada por la periodista María Fernanda Villosio se realizó en diciembre del 2003, tras un pago de 18 mil dólares. Se explicó que el denunciante debía salir del país con su familia, por razones de seguridad. Según cuentan, a la colega la hipótesis de este arrepentido llegó de la mano de Aníbal Ibarra, fanático de River. Ibarra conocía de ese mundillo, a Ponta. Su cuñado, ex Jefe de gabinete de Néstor, Alberto Fernández, le prometió protección del gobierno para que profundizara sus denuncias. A la Rosada llegó de la mano del ex dirigente de River, el nosiglista Daniel Bravo, responsable de la operación sucia contra Olivera, por una presunta cuenta en Suiza, luego desmentida por la realidad. Quizás la historia real sea un mix del Lado A y el Lado B, como todas las historias.