Aunque la oposición cuenta con los votos necesarios para congelar la discusión (tiene 36 de 60 diputados), el macrismo insistirá con el proyecto que prohíbe el acompañante en las motos en la zona del Macrocentro. El tema se convirtió en una prioridad de la gestión, enfocada cada vez más a la seguridad, y de la agenda legislativa. El fracaso en la sesión del jueves era previsible y se confirmó una hora antes en la reunión de labor, donde se vio a Cristian Ritondo muy nervioso, pero igual generó malestar en Bolívar 1. El viernes, mientras todos disfrutaban de la derrota de Brasil, desde las oficinas del bloque del PRO salió un informe sobre la votación: 21 legisladores acompañaron el tratamiento sobre tablas, pero no alcanzó (se necesitaban 34 votos porque había 51 presentes). Hubo tres ausencias del oficialismo. Lo llamativo es que dos de ellos (Garayalde y Martínez Barrios) estuvieron luego en la sesión. “No hubiera cambiado demasiado”, dijo una fuente que buscó poner paños fríos. Amoroso y Lubertino, hasta hace poco integrantes del bloque del oficialismo, votaron en contra. El lunes, en la reunión de la mesa de conducción del bloque, comenzará a definirse la estrategia de acá en adelante. “Podemos insistir con el tratamiento sobre tablas (porque el proyecto no tiene dictamen) o volver a comisión”, confirmó una altísima fuente del Gobierno porteño. La oposición no es un bloque homogéneo y carga con la presión que llega desde la calle en materia de seguridad. Algunos de sus integrantes ya se habrían mostrado a favor de regular el tema de los motochorros. Una fuente que recorre esos pasillos a diario habló de 8 voluntades.