Elisa Carrió no puede con su genio. Tras construir un espacio de internas abiertas con aliados radicales y socialistas (UNEN), ahora reparte piñas a malnsalva a sus contrincantes. Prat Gay que antes era “hermoso” ahora es una suerte de complice del silencio de la corrupción. A los radicales como Ricardo Gil Lavedra ya los había atendido por haber votado iniciativas parlamentarias con el gobierno nacional. Sobre Martín Losteau le adjudicó la responsabilidad politica de las 125, las retenciones al campo que generaron una fuerte crisis política. En la entrevista con Lanata, Lilita entró al confesionario y se mostró todavía dolida por la espalda que le dio el electorado en las últimas elecciones nacionales, en las que obtuvo tan solo 1,8%, detrás inclusive de Altamira del Po. En las encuestas, pese a sus exposiciones tormentosas, aventaja por unos puntos al rabino Bergman.

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