La Cámpora y Abal son la primera línea ofensiva de la presidenta

Cristina se recuesta, cada vez más, en la agrupación creada por su hijo Máximo, y también en la figura del jefe de gabinete, Abal Medina. En el caso de La Cámpora, los más influyentes son: Andres “El cuervo” Larroque y Eduardo Wado De Pedro, que está en las sombras. Por supuesto que Axel  Kicillof tiene fuerte predicamento en la gestión. Este poder que se traduce sobre todo en el manejo de dinero, 6 mil millones de pesos del Estado, produjo un lógico corrimiento de históricos en el kirchnerismo como el ministro de Planificación, Julio de Vido, quien está más afuera que adentro del gobierno. Una anécdota de los últimos días sirve par ilustrar este nuevo tiempo: la titular de Adecua, Sandra Gonzalez, salió a los gritos de una reunión con el polémico Secretario de Comercio, Guillermo Moreno. “A mi no me gritas, yo solo respondo a Julio”, dijo a tono de despedida. Además la presidenta compró 100 por ciento los señalamientos de los jóvenes k sobre parte del gabinete histórico, que se mostró dialoguista con el gobernador Scioli, a quienes los tildan de “traidores”.