¿La CGT superará los paros que le hizo a Alfonsín con la gestión Milei?

Ya se prepara un tercer paro de 36 horas. Lo que dejó el segundo round. La calle espera paciente y con una silenciosa tensión.

El paro del 9 de mayo agigantó la grieta entre los impacientes de bolsillos agujereados y los por ahora pacientes que recuerdan la herencias peronistas. Los recortes de la realidad operan en rápidas evaluaciones sobre los efectos de la segunda protesta del movimiento sindical que volvió a mostrar músculo político frente a un presidente que sigue expectante en la confrontación permanente.

Los números de paros a gobiernos democráticos hablan por si solos. Alfonsín ranquea primero con  13 paros en su contra durante el inicio del período de restauración democrática. Milei, con tan solo 5 meses en su período presidencial, ya acumula dos paros generales. Si se hicieran proyecciones matemáticas se podría decir que tiene todos los boletos picados para superarlo.

En algo ya es primero el libertario, a él le hicieron el paro más tempranero, a los 45 días de ejercicio del poder.  De la Rúa  tuvo que bancar el primer paro a los 77 días, Duhalde a los 142 y Alberto, extrañamente, no tuvo ningún paro general en su contra en los 4 años de mandato.

Es indudable la reacción paciencia corta con gobiernos no peronistas y por el contrario santa paciencia con los propios.

El último paro tuvo consecuencias discursivas previsibles. Para el gobierno de Milei fue un paro ´débil que expones a los popes sindicales en el agotamiento anti casta de la sociedad. En cambio, los representantes gremiales festejaron el acto de protesta como un gol de mitas de cancha. ¿ Será que la realidad navega por aguas menos contundentes?

Camioneros y Bancarios son los sectores sindicales más duros que prometen un tercer round para junio de un paro de 36 horas. Se imaginan para entonces que el gobierno tendrá una trabajada y disminuida Ley de Bases. Este instrumento jurídico legal se sumara como una mera formalidad a un ajuste que se siente fuerte en las profundidades de una clase medias sobreviviente y que en el caso de los trabajadores en relación de dependencia , se les hace imposible recuperara niveles de consumo en prejuicio de los fuertes saltos que tuvo el tipo de cambio  y la inflación acumulada. Hay una franja peor que es la desclasada, la que opera en negro para pucherear. Ellos fueron los que no tuvieron alternativa con este paro ni los que vendrán.

Interpelan tanto a un gobierno como a los sindicalistas. Quizás muchos sean votantes de Milei. Que hayan ido a laburar aunque sea gamba o en combis truchas,  no significa un alineamiento a ninguna ideología ni parte de la grieta. Ese es un verdadero costo a pagar desde los político.

Horacio Caride