Las buenas noticias que trae Milei es la fórmula k (de Karina)

Kirchnerismo al revés pero con la misma esencia. Atacar a la prensa y buscar enemigos por todas partes.

El gobierno promete que a partir de ahora caerán solo “buenas noticias”. Lo dice en un marco de agresividad creciente. ¿Cómo quienes esperan buenos números al cerrar el año apuntan a acentuar la división en la sociedad argentina? El Kirchnerismo lo hizo, Macri lo emuló y los Milei quieren reproducir el veneno de las últimas dos décadas a los gritos pelados.

En el acto de Plaza Lezama se la escuchó discursear por primera vez a Karina. Algo inconexa para expresarse, de todos modos dejó en claro que ellos se sienten en medio de una pelea contra todos los demás poderes fácticos del país. Sube al ring a la prensa en general, sin distinciones: los críticos, los alcahuetes, y hasta los que se visten de prensa. Eso si, sus queridos trolls son como los Minions de Mi Villano Favorito.

Karina también empieza con K. Su impronta en el gobierno es evidente al transcurrir el primer año de mandato. Le armó un acto al presidente que muchos consultores aprecian como un caja de resonancia interna , que acrece de impacto externo.

Pareció un retroceso a los tiempos de campaña. Histeria y cantos. Antes sonaban atractivos y pintorescos . Ahora, comienzan a ser repulsivos. La casta también se paseó por Lezama . Micros y cotillón. Una promesa de armarse en forma más “profesional” con vistas a las legislativas de mitad de término.

Extrañamente, Karina luego del acto , publicó una carta pacificadora. Llamó a terminar con la grieta.  Dijo, “terminar con una grieta que sólo ha sido el negocio de unos pocos“. También, el comunicado expresa que “las banderas de la libertad se convirtieron en un partido nacional”, por lo que ya no dependen “de ninguna alianza electoral para las elecciones”.

Este último punto es crucial para lo que fue Juntos. La Gran Hermana y Patricia rompieron definitivamente con Macri. El asunto de este último punto, el rechazar alianzas, puede llegar a ser una arma de doble filo.

Las encuestas hablan de una clara merma en los apoyos. No es descartable pensar en algún núcleo duro marista que se habría distanciado del oficialismo. A la vez, subestimar al peronismo y su posible reorganización sería un pecado habitual, en los últimos armados anti kirchneristas.

Horacio Caride