Los Pichiciegos en una campaña de la resignación

La narrativa de campaña incluyó los sangrientos 70. El eterno retorno, ahora con el 60 % del electorado que solo conoció la democracia.

El Pichi es un bicho que vive abajo de la tierra . Hace cuevas . Tiene cáscara dura, una caparazón y no ve. Narró el escritor argentino Fogwill en su libro ficción sobre la guerra de Malvinas. En otra parte de su obra se imagina un dialogo entre ex combatientes que habían escapado del frente generando su propia realidad como Pichiciegos.

-Si Videla hizo fusilar diez mil, dijo  el puntano.

-Salí estas en pedo vos…!, dijo Pipo.

-No creo en el bolazo de los diarios, dijo el Pibe Dorio con convicción.

Hay Pichiciegos en nuestra actualidad circundante que entierran sus convicciones de aquella primavera democrática y se rinden ante la lógica de los indignados. En momentos limites afloran la cobardía , las miserias y los sinsentidos.

A la urgencia de la economía y la búsqueda desesperada de eficacia , se le colaron los filosos 70 en el eterno retorno de las heridas abiertas no sanadas pese a haber sido nuestra democracia de las pocas que reviso la violación a derechos humanos . Hay una agravante, en el colador temático de la campaña electoral,  ya que los jóvenes votantes que definen esta crucial elección asimilan con neutralidad los peores ecos del pasado.

Que una candidata a vice de Javier Milei  haya visitado a Videla en la cárcel o que un referente económico de Juntos reivindique las ideas economicas de Domingo Cavallo son datos de color. Hay una escalofriante ahistoricidad retro alimentada por la instantaneidad descontextualizada de las redes , que nos enmarańan de odio y pensamiento no critico,

Desafiante momento donde el 60 % de la masa electoral solo conoció la democracia , es decir nació después del 83. Ven los 70 como un anticuario pero a la vez invitados a la orgía del desparramo , pueden sintonizar con el negacionismo,

el 60 % de la masa electoral solo conoció la democracia , es decir nació después del 83. Ven los 70 como un anticuario pero a la vez invitados a la orgía del desparramo , pueden sintonizar con el negacionismo,

 

 

La tan polémica política de cancelación parece no acreditar para quienes violentaron valores básicos de convivencia y llevaron al país a terreno de la máxima oscuridad . Ni siquiera se pone un cartel de advertencia, cada vez que aparecen en el debate público, al estilo de los daños que genera el  cigarrillo , “esto que va a consumir hace mal a la República”, podría sugerirse..

Una cosa es reclamar reparación histórica también para familiares de víctimas del terrorismo de las organizaciones guerrilleras, otra es asumir una mirada contemplativa con los que quisieron hacer creer que los desparecidos fueron una entelequia construida desde una mentalidad izquierdista. O olvidar que el el tecnócrata salvador de los 90 ,  a la vez que acertaba con una política monetaria de estabilización, sumergía a gran parte de los ciudadanos  al periodo de mayor desigualadas social y desempleo que haya existido de nuestra historia. .

 

Por supuesto, que esto también debiera ser terreno de observación para aquellos  ex líderes montoneros irresponsables que se creyeron iluminados en su fuego “revolucionario”.

Cuado explotó la dictadura tras la derrota de Malvinas , en medio de una. gran frustración por la manipulación de una de las pocas causas nacionales existentes , los asesinos fueron condenados Hoy se dice que faltó el juicio emblemático contra los autores intelectuales del terrorismo de los 70, que se inicio antes del golpe del 76. Alfonsín fue cuestionado  por adherir a la teoría de los dos demonios, pero su misión fue consolidar la democracia en una gravísima transición.     .

Fue Menem quien decretó los indultos,  que también favorecieron a los Firmenich, Vaca Narvaja, o Perdía. Luego se reabrieron los juicios y los genocidas volvieron a las cárceles. La otra pata de al violencia gozó de impunidad por la prescripción de los delitos.

Traer todo este tema tan complejo, en medio de la elección más crucial de los 40 años de democracia , es reduccionista y  también de una gran bajeza.

Los verdaderos desafíos de estos tiempos son evitar que los pibes se vayan del país por falta de horizonte en sus deseos y realizaciones. Un país, que pese a todos los impedimentos, sigue siendo productor de talentos. Los protagonistas de la campaña parecen no tener esas respuestas y nos vuelven a meter en el túnel del tiempo.

Decir barbaridades es grave , creerlas es entrar al cementerio de la ideas.

Horacio Caride