Moreno ya no aguanta los trapos

Los pocos que lo ven, últimamente, no lo reconocen. Se lo ve triste , deprimido y con un discurso muy distante a este tiempo de gobierno. Hace una semana, recibió a unos pocos empresarios que lo “extrañan” en la oficina de su esposa, Marta Cascales, y les dijo que cree que el gobierno “se va al tacho”. Moreno quedó muy herido por la forma en que lo desplazaron. Le hicieron un torniquete entre Capitanich y su archi enemigo Axel Kicillof, y la presidenta no dudó en sacrificarlo. A todo esto, su premio consuelo de ir a una agregaduría comercial en Roma sigue stand by,