Ambos se necesitan. Cristina ve despejado el camino electoral, dejando atrás a un quinteto de candidatos a presidente que fracasaron. Sabe que tener una oposición cómoda, en el arranque, es de mínima un mal menor. El triunfo aplastante en Capital dejó a Macri en un nivel de líder de un futuro eje opositor con una posible pata peronista más ambiciosa. El dato es que existen contactos para mejorar la relación y así destrabar cuestiones de gestión  que interrelacionan a los dos gobiernos, como por ejemplo la autonomía policial. El dato tras la reunión sorpresiva de Michetti con Filmus es que ahora existen operadores que hablan de una futura reunión entre la presidenta y el jefe de gobierno porteño antes de las elecciones nacionales. Como venimos anticipando, el hombre clave del gobierno de Macri es Emilio Monzo, quien dialoga con Florencio Randazzo y es amigo de Amado Boudou. Entre los dos gobiernos hay una mirada similar de plantear con optimismo el futuro y ver en la juventud una plataforma de renovación. Cristina piensa en un ministerio de la juventud que se lo dará a La Cámpora. En tanto Macri está por lanzar los Juegos Olímpicos Juveniles.