Cuando Malvinas poco importó en medio de la campaña y otras internas del poder

Milei y Villarruel hicieron dos casos contrapuestos. Cuestionamientos a la política de “seducción” a los kelpers. El día que la vice estuvo bastante cerca de Cristina.

Fue un 2 de abril gélido y espaculativo, en el acto oficial de la Plaza San Martín. Los integrantes de la Rosada hicieron cálculos de gestualidad política, más pensando en la interna de la elección porteña, planteada como una suerte de guerra política contra el PRO.

Fue así que Manuel Adorni fue el soldado a exhibir. Hubo himno, escarapelas y rostros compungidos. El Mileísmo está convencido que conseguirá la capitulación de los amarillos.

Los saludos a Jorge Macri fueron distantes , fríos. El mandatario porteño estuvo visiblemente incómodo. De Malvinas se habló y de parte del presidente, de una manera que recordó a la estrafalaria estética menemista del entonces canciller, Guido Di tella. ¿Se acuerdan de los ositos Winnie de Pooh ?

El principio de autodeterminacion de los pueblos no es aplicable a una población implantada por una colonia, la de los ingleses. Si se espera que los malvinenses quieran un día, al despertarse, ser argentinos, por un eventual milagro de una “Agrentina potencia”, sería como a volver a creer en el “dia del arquero”, y lo que es aún más gravoso sojuzgar una deseable la política de estado diplomática, a los vaivenes emocionales de eventuales administradores de la presidencia.

De todos modos, la retórica fue para cubrir la fecha histórica del feriado de otro 2 de abril , donde los veteranos de Malvinas, en ese acto oficial, quedaron relegados a un par (poco representativos), impidiéndoles el paso a otros que suisieron expresarse, en el marco de la cadena nacional.

Cristina posteó su parecer, en ya un clásico ida y vuelta con el presidente Milei. Resucitó el adjetivo “cipayo” para pegarle al primer mandatario por su coqueteo con los kelpers.

En tanto, Villarruel, protagonizó otro acto en Usuahia. En el marco de la parte más Austral del territorio nacional, fue acompañada por la mayoría de las Federaciones de veteranos. Su discurso fue engrosado por pátinas nacionalistas y apuntó a Gran Bretraña como el país invasor. Propuso iniciar un proceso de “Malvinización”.

Nada nuevo en el pais “Jardín de Infantes”, tan bien narrado por Maríe Elena Whalsh.

Horacio Caride