De la Rúa se declaró inocente y desestimó la importancia de los votos peronistas

Chupete, se mostró muy sereno, en las dos horas que declaró ante el Tribunal. Sin nombrarlo, negó- punto por punto- el supuesto encuentro en la Rosada que acusa el “arrepentido” Pontaquarto para arreglar los sobornos. Planteó que a la Alianza, en esos momentos, le sobraban 11 votos para sacar adelante la Reforma laboral, finalmente derogada por el escándalo que salpicó a todo el Senado. Esto último sería fácilmente refutable si uno tiene cuenta como transcurrió la sesión, el 26 de abril 2000. En la versión taquigráfica no surge con transparencia la cantidad de votos emitidos, ya que la mayoría se negó a votar nominalmente.En la instancia de la votación en general había 59 senadores presentes. En particular constan 56 presentes. Hubo circunstancias muy extrañas como la del entonces senador Gioja (actual gobernador de San Juan), que a la hora de votar aparece con un gesto acariciándose la cabeza y charlando al oído con Bauza.  El presidente de la Cámara, Carlos “chacho” Alvarez, no indicó la cantidad de votos afirmativos sino que se limitó a decir: “Sobre 59 señores senadores presentes, han resultado dos tercios de votos por la afirmativa”. En consecuencia, no se sabe con certeza si el proyecto fue aprobado exactamente por las dos terceras partes o por  menos de las dos terceras partes. La diferencia resulta por demás significativa, ya que mientras que en el primer caso los votos afirmativos serían 40, en el segundo podrían oscilar entre 40 y 55. Otra cuestiòn es que varios senadores se expresaron con grandilocuencia en contra de la Reforma en sus discurso pero después terminaron votando a favor, como el caso de Antonio Cafiero. La atmósfera política de la época puso de manifiesto una fuerte presión de organismos internacionales para avanzar en esa flexibilización laboral y los peronistás tuvieron un peso extra: no quedar como los que lo ponían palos en la rueda otra vez a un gobierno radical. Los radicales, en tanto, cargaban con viejos fantasmas. Pontaquarto señaló que Genoud le dijo que era la primera ley importante de la Alianza y que podía pasar lo mismo que con la Ley Laboral de Alfonsín, que “la perdimos en 1984 por un voto, del senador neuquino Elías Sapag”. Solo cuatro senadores peronistas vptaron en contra: dos de San Luis., Rodriguez Saá y Carlos Sergnese ; Héctor Maya (Entre Rìos) y el santacruceño Daniel Varizat.