Jorge Rial  inició una denuncia contra su ex, Silvia D’Auro, bajo la figura de extorsión, a raíz de unas declaraciones que esta dio a la revista Noticias. D’Auro denunció “la red de funcionarios clave y presidenciables que pagan un canon mensual a cambio de la protección periodística del conductor”. La ex del animador de Intrusos presentó un escrito ante la justicia:  “El permanente hostigamiento y descalificación hacia mi persona (…) que mi cónyuge se encargó de producir a partir de entonces, a través de manifestaciones vertidas en los programas televisivos y publicaciones en los que él mismo interviene, me impulsaron a abandonar el silencio que me había impuesto, para responder a las actitudes que no sólo afectaban mi honra”. Rial  le contestó , sin nombrarla, en su programa de Tv. La acusó de no cuidar bien a sus hijas (que ahora viven con él) y mostró los dos tatuajes que tiene en sus brazos, con los nombres grabados de las chicas. D’Auro pidió una “revinculación terapéutica con sus hijas y acusó a su ex y a la niña Loly de querer separarla: “Para mis hijas pasé a ser una loca desquiciada y la Niña Loly una ‘grosa’”. En los próximos diez días esta guerra de  los Roces tendrá nuevos capítulos, ya que se conocerá el primer fallo sobre la denuncia de extorsión que presentó Rial. Las autoridades de América siguen con beneplácito la mediatización de este escándalo, ya que el tema mide como el caso Ángeles.
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