Milei, el León domesticado que entró a la embajada de los Estados Unidos

Se peinó, perfumó, y se puso el mejor para abrazar al embajador norteamericano. Qué prometió. Similitudes con el Tigre de Anillaco.

Javier Milei fue el primer candidato a presidente que recibió la embajada norteamericana en nuestro país. El libertario se cambió de look para la ocasión: se peinó su melena rebelde y se puso el mejor traje. El discurso fue el que esperaban en la sede diplomática. Prometió alineamiento ir estricto tanto a los Estados Unidos como al estado de Israel.

Como dice Ricardo Roa, en Clarín, “si hay algo que sacraliza la pertenencia a la casta política es entrar a la Embajada”.

 

“Gracias, diputado Milei, por esta interesante conversación sobre Argentina y EEUU”, escribió el embajador norteamericano Marc Stanley

Al igual que el ex presidente Carlos Menem, pero antes de entrar en el eventual ejercicio del poder, Milei es un candidato mutante. Su rebeldía con los jóvenes desencantados del sistema tiene como contrapartida a un dirigente domesticado, previsible y amoldado a la casta, como fue el acto que le organizó el gastronómico Luis Barrionuevo.

Menem había ingresado al poder de los 90 como una suerte de caudillo del interior que, con su melena al viento, prometía “salariazo” y revolución productiva. Tras un primer plan fracasado con el holding Bunge y Born dio un volantazo hacia las relaciones carnales con los EEUU.

En el caso de Milei su “rebeldía ” se relaciona con prometer acabar con el estado , sus ñoquis y un plan dolarizador , del que una mayoría de especialistas creen insostenible.

Por otro lado, la necesidad de tener equipos viene gestando un rejunte de sectores provenientes a estructuras que el mismo protagonista califica como responsables de la crisis.