Viviana Canosa sabe como traspasar la pantalla. Lo hizo tomando lavandina o ahora denunciando con fiereza a las figuras de Telefé. Todo comenzó, casi como una anécdota personal, contra Lizy Tagliani, a quien la señaló como una suerte de carterista o de apropiadora de lo ajeno. Compartieron una íntima amistad. Ahora, lo que hay es furia y pase de facturas por parte de la ex colorada.

El segundo capítulo de la descarga editorial de Canosa vino con un plus temerario. Comenzó a linkear a figuras de Telefé con el abuso de menores, tema reactualizado luego de los casos de Jey Mamon (no se lo pudo juzgar por el paso del tiempo) y el de Marley (quien luego de defenderse públicamente, sobre una relación “consensuada” aclaró que fue con un mayor de edad).

De todos modos el rurm rum y la mancha quedó en la imagen del canal, que tiene la política de congelar o correr de lado a las figuras caídas en desgracia.

Hay que ver que pasará con Lizy quien se dice podría dar una paso al costado de la Peña de Morfi, un programa que arrastra una lista de desgracias tras la muerte de su creador Gerardo Rozzin.

Canosa le dio rating a todos los demás productos chimenteros que se nutrieron de un púa plagada de denuncias al voleo. Dice contar con pruebas contundentes que aportará su abogado en Comodoro Py, hasta con supuestas filmaciones.

Una de las figuras que la ligó, en la andanada de acusaciones, fue la columnista Gonzalo Costa. Al humorista, que integra el programa vespertino de Telefe, Canosa lo señaló como un promiscuo acosador. “Se come los pebetes”, fue la frase hiriente de la conductora del 13.

Jorge Rial , una especie de tutor de la polémica conductora, se hizo eco de la denuncia e hizo un verdadero show en su programa de C5N. Toda la supuesta red estaría articulada por el ex GH,  Marcelo Corazza, quien tendrá que afrontar un juicio por presuenta explotación sexual de menores.

Canosa linkeó toda esta ruta con la desaparición de niño correntino Loan. Responsabilizó al gobernador Valdés por encubrir, mostró chats personales con políticos, y contó que un ciudadano norteamericano se le acercó para darle pruebas sobre la ruta de la desaparición del niño.