El escándalo parece el guión de una novela de Netflix. Todo comenzó el 17 de enero, cuando se filtró la noticia de la detención del financista Francisco José Hauque por una supuesta discusión con su pareja en la vía pública. Con esa excusa, una brigada de la Policía de la Ciudad revisó la camioneta del financista y encontró 2 kilos de cocaína. 

No pasó mucho tiempo hasta que se descubrió que todo había sido armado para perjudicar a Hauque, que se había hecho amigo de Piccirillo. De hecho, salían junto a sus respectivas parejas.

La jueza Maria Eugenia Capuchetti terminó anulando ese operativo en el barrio de Recoleta, y liberó a Hauque y su mujer. Pero la investigación se dio vuelta y puso a los policías en la mira.

Con las imágenes de las cámaras de seguridad se demostró que tres brigadas vigilaron cada paso de la camioneta de Hauque por el Palacio Duhau. 

Los efectivos que participaron de la detención, correspondientes a la División Robos y Hurtos Norte, fueron apartados el 21 de enero de sus tareas, separados de la fuerza, y pasaron a situación pasiva (se los deja sin sueldo, pistola y uniforme) a principios de febrero.

Este jueves, finalmente, la Justicia ordenó la detención de los efectivos y del propio Piccirillo. ¿De qué lo acusan? De haber plantado un arma y la cocaína en el auto unos minutos antes.