Muy en silencio, Mauricio Macri se fue ayer (viernes) a Mendoza a cumplir con lo que sería su última salida del año al interior en el marco de su ¿campaña presidencial?. El jefe de Gobierno viajó acompañado de su vocero y un puñado de colaboradores entre los que estaba su jefe de campaña, el misionero Humberto Schiavoni. Pero no hubo el despliegue de otras veces. Su equipo de comunicación tampoco se encargó de difundir el viaje, que termina este sábado (los primeros comunicados llegaron estar tarde, luego de publicada esta nota). Cuando llegó al aeropuerto de Mendoza, Macri fue muy bien recibido. Pero se topó con una presencia inesperada, el diputado ultra K Carlos Kunkel, que esperaba su vuelo de regreso a Buenos Aires. Mientras mataba el tiempo con su moderno Ipad, Kunkel aprovechó para pegarle a MM. “Quiere ser presidente pero no le da ni para ser legislador por la ciudad de Buenos Aires”, lanzó. Macri igualmente se sacó fotos con todos y partió a una cena de fin de año del Partido Demócrata, que se hizo anoche en un salón de Rodeo de la Cruz. Casi a la misma hora que aterrizaba en la tierra de Cobos, en Lugano nuevamente se repetían los incidentes. “Espero que la ministra Garré arbitre los medios para recuperar el lugar”, dijo cuando los medios locales lo abordaron. La semana pasada fue distinto, la crisis por las tomas estaba en su apogeo y canceló un viaje de campaña a Rosario.