Silvina García Larraburu proviene de una familia militante, de clase media, y desde chica participó en la política de Río Negro. Su carrera arrancó a mediados de los 90′, como secretaria de protocolo del intendente de Bariloche. Fue escalando posiciones. Primero fue concejal, luego diputada y terminó como senadora nacional por dos mandatos consecutivos.

“Era la primer pichetista y luego se hizo kirchnerista”, cuenta un dirigente de esa provincia que conoce cada uno de sus movimientos. Traducido: ascendió de la mano de Miguel Angel Pichetto hasta que se enamoró de los Kirchner, especialmente de Cristina.

García Larraburu es muy querida por la gente de Bariloche. “Es una especie de Susana Giménez, la gente la quiere, pero nunca hizo nada por la ciudad y siempre queda bien parada“, grafica otro dirigente. Pese a esa imagen popular, nunca quiso ser intendenta.

En cambio, los dirigentes políticos de Bariloche, aquellos que la conocen desde que fue Reina de la Nieve en su juventud, no tienen una buena impresión de su ascenso político. “Ella quiere reelegir a fin de año porque se le vence el mandato en el Senado y va a hacer todo lo posible para quedar bien con Cristina”, advierte un veterano. En ese mundillo político de Bariloche no la quieren tanto: la apodan “Silvina Garcia No Laburo”. 

La senadora fue noticia esta semana porque le pidió al presidente Javier Milei que indulte a Cristina. “Tiene una gran oportunidad. No les podemos ceder el poder de las decisiones a Comodoro Py”, lanzó.  En realidad el pedido se lo hizo al jefe de Gabinete Guillermo Francos. Al lado de Larraburu asentía Alicia Kirchner.

La ex Reina de l Nieve ya había sido noticia hace unos años cuando le regaló a Cristina una valiosa pulsera y se sacaron una foto. Esa joyita está valuada en más de 1000 dólares.