La salida de Néstor Grindetti de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, a fin de año, fue anunciada en el marco de una reestructuración del gabinete porteño. Pero nunca se explicaron bien los motivos. Su reemplazante fue Gabriel  Sánchez Zinny, un experto en Educación que lo secundó en el primer año de gestión.

Grindetti pasó a una “secretaría política” para estar cerca de Jorge Macri en el año electoral. El jefe de gobierno le encomendó la relación con la Rosada, la provincia y los municipios, algo similar a lo que hacía él en el gobierno de Rodriguez Larreta.

Pasó el tiempo. Grindetti mantuvo el bajo perfil del primer año. Y se dedicó más a su club, donde las cosas van mejorando. Justamente el fútbol habría sido el motivo de sus vaivanes políticos. “Mauricio no le perdona que no haya ido al frente contra el Chiqui Tapia“, cuenta un hombre del mundo de fútbol.

Se sabe que el ex presidente tiene una guerra abierta contra el presidente de la AFA. Javier Milei lo acompañó en un comienzo pero últimamente hubo varios acercamientos con el mundo de la LLA y Tapia. Primero fue la foto por el Mundial de 2030 y luego hubo otros gestos solapados.