El cotillón, el bailecito, los globos y las buenas noticias comienzan a ser ingredientes discutibles dentro del Pro. Un grupo más duro plantea dar a conocer

la pesada herencia antes de que se agote el crédito, mientras que el jefe de gabinete, Marcos Peña, impone la idea de no “dramatizar” la realidad.

Hoy la disidencia es manejable y los “halcones” no tiene poder de fuego sobre “Festilindo”. De fondo está el cierre de año y el período de vacaciones para millones de argentinos que sigue con optimismo el cambio. ¿Para qué darles malas noticias?

Ya se percibe diferente intensidad en los discursos de Macri desde Nación y Vidal en provincia. A ella la realidad la sacudió sin anestesia ante la crisis de seguridad y la extravagante “fuga” de los tres condenados por la masacre de la efedrina.

La gobernadora tiene al lado a un halcón. Cristian Ritondo ve la política con desconfianza y conflicto permanente. Peronista de pura cepa sabe que la resistencia a la nueva gestión recién muestra sus primeras uñas, en sectores del poder saliente que quedaron muy resentidos y preocupados.

Y …¿qué pasa sin los Lanatta aparecen pero muertos?

En marzo comenzarán a llegar las primeras boletas de servicios domésticos con fuertes incrementos. Con las últimas arenillas, la clase media tendrá el verdadero termómetro del esfuerzo que ya se le reclama en el campo energético. A fin de cuentas, ¿quién dijo que gobernar era un paseo?