Milei vs Kicillof: la nueva grieta que hace peligrar los acuerdos de gobernabilidad

El presidente llamó a rebelarse ante los aumentos impositivos al campo en la Provincia. El mismo mandatario que no eliminó retenciones juega al fleje. La campaña permanente.

Un presidente que da títulos todos los días es un objeto de adoración para un periodismo con las defensas bajas de espíritu crítico. Las redacciones pueden caer en la tentación del copy paste, algo tan generalizado desde la cultura de las redes sociales. El Rey habla y los títulos reflejan un ambiente de época. Menem fue otra fuente de propagación de títulos desde su hegemonía noventosa. Todo en el riojano llamaba la atención. Su espontaneidad, los bloopers y el desparpajo. Hasta que un día se destapó la olla. El cuento del uno a uno nos hizo felices un par de años.

Milei corre con una desventaja comparativa: la paciencia de hace décadas con respecto a las soluciones que debe dar la política a las necesidades ciudadanas eran mas flexibles. También hay una característica natural que diferencia a Milei con su patriota de bronce: Menem podía provocar y estirar diferencias pero su espíritu final siempre era llegar a una negociación con el sistema. En el ADN del presidente está la confrontación permanente y eso es quizás lo único real del personaje.

Las últimas cataratas de declaraciones las repartió por radio y tele. En ambas eligió un principal enemigo: el gobernador bonaerense Axel Kicillof. Dijo que el preferido de Cristina “viola la propiedad privada con la suba de impuestos”. Se refería así al impuestazo en el sector agropecuario. Paso siguiente le dio sus visto bueno a la polémica propuesta de Espert, la de reaccionar con una desobediencia fiscal.

Milei arribó a la presidencia prometiendo eliminar impuestos pero luego pasó al slogan “no ha plata”. Una de las piezas tributarias que vuelve de su mano es el impuesto a las ganancias que abarca a gran parte de la clase media y amenaza con cepillar los ingresos haciéndolos caer del escalón aspiracional, con sueldos retardados con respecto al valor de los alimentos.

El constitucionalista Daniel Sabsay recordó que “no pagar impuestos es un delito”.

A la vez, es probable que Kicillof prefiera que lo coloque el oficialismo como el principal “enemigo”. Si el deterioro social avanza, será la apuesta del neo kirchnerismo tener una campaña gratuita diaria.

Un pacto del 25 M sin la firma de provincia de Buenos Aires es un pacto rengo. Recordemos que el hombre que le hace la segunda voz al presidente, agitando grieta, es el mismo que había pactado un cargo con el moderado Horacio Rodriguez Larreta. El chiquitaje de la casta vieja y nueva es efectivamente contagiosa.

Horacio Caride