Timbrazo que debería escuchar Milei

Fue multitudinaria la manifestación a favor de la educación pública. Entre los que se movilizaron había votantes de Milei.

Desde la Carpa Blanca docente que no se vio algo parecido. “Raro”, diría en un sentido Patricia Bullrich.  La encendida y pacífica movilización, de ciento de miles de personas, fue un timbrazo de advertencia. Las primeras reacciones de Milei fueron más de los mismo: ver el zurdaje hasta abajo de la maseta.

Por lejos, fue la marcha más trascedente de los últimos tiempo, pese a los colados impresentables. Milei comienza a comprobar sus propios límites como los tuvo el menemismo con la exhibición frívola y el tejido de corrupción o el kirchnerismo profundizando la corruptela y agregándole odio al relato. El libertario tocó una fibra social delicada desde los emocional y el orgullo de ser o parecer de una clase media atiborrada de presiones, sobre todo en lo económico.

En la tesis Mileísta siempre hay que duplicar la apuesta, provocando en este caso un costo político todavía en desarrollo sobre sus reales consecuencias. El presidente se fue temprano a Olivos y encerrado en el climax del X agitó los peores fantasmas.

 

“Lagrimas de zurdos” , además de ser un cliché prejuicioso y peligroso constituye un fuera de foco de un mandatario muy concentrado solo en la macro economía. Las primeras reacciones fueron el de no entender el mensaje. La motosierra no puede atravesar todo el tejido social  Esta vez no la vieron.

Horacio Caride