Villarruel fue la Batichica del Debate de vices en medio de la centralidad de la campaña libertaria

Ganó el Debate emocional. Todos le quisieron pegar pero ella hasta se escudó en su rol de mujer. La picardía sobre “el ano de Batman”.

Fue el Debate televisivo más atractivo de toda la restauración democrática. Los candidatos a vicepresidente, con un esquema abierto de 8 minutos libres de cruces, brindaron un show de gran intensidad. Hablando de estridencias, la compañera de fórmula de Javier Milei sacó ventaja desde lo emocional y traspasó la pantalla. Los teóricos de la comunicación, desde aquel primer debate televisado en los EEUU , entre el viejo Nixon y el joven JFK, vienen sosteniendo la importancia de la imagen, lo gestual sobre lo argumentativo. De esto último hubo muy poco, quizás algo de Florencio Randazzo o del dirigente de la izquierda, Nicolás Del Caño.

Victoria Villarruel sabía sus puntos flojos y preparó una hábil defensa, sobre todo exhibiendo una contención y una intuición dura de contragolpes. Habrá que ver cómo puede manejar estos sentimientos el candidato a presidente del mismo espacio cuando la mayoría de las veces se le soltó la peluca. Ese round vendrá el próximo 1 de octubre, en Santiago del Estero.

Volviendo al Debate de A Dos Voces, hubo una marcada centralidad de la única mujer en la escena. Desde su pertenencia de género también se escudó, cuando vio que iban por sus puntos más polémicos y débiles, con rápidos reflejos. “Rossi no tiene problema en faltarle el respeto a la única mujer del debate”, expresó victimizándose.

El Chivo tuvo distracciones y algunos nervios que le jugaron malas pasadas. Falta de timing que se vio claramente cuando no oncretaba el cierre de frases ante el timbre implacable de los tiempos prefijados de participación de los candidatos participantes.

Por su parte, el candidato a vice de Patricia sufrió el síndrome de exceso de coaching. Luis Petri fluctuó en pegarle al kirchnerismo pero al final se dio cuenta que su rival era la Dama de hierro vernácula.

Randazzo intentó ir por la vía de lo propositivo, planteando su experiencia en la gestión cuando fue ministro de Interior de Cristina. Solo confrontó con Villarruel por el Conicet, revelando una supuesta investigación curiosa de un investigador del organismo: “Investigar el ano de Batman, las canciones de Arjona, la película del Rey León o si Star Wars era mesiánico, definitivamente eso no es ciencia”.

El ex funcionario fue el único que saludó al principio y al final a Villarruel.

 

La posible vicepresidenta inauguró una explosiva participación en debates a primeras magistraturas en un ámbito aún dominado por hombres. Otras fueron Fernández Meijide o María Eugenia Vidal.

Cristina, que pudo ser una pionera desde sus recursos retóricos, nunca quiso debatir con sus colegas de la política.

Horacio Caride