A partir de Milei: cómo ejercitar la tolerancia en medio de discursos de odio

Un desafío de estos tiempos democráticos, En debates de ONGs se puso a prueba. Qué dijo un filósofo español sobre que hacer con los discursos fanáticos.

Una interesante e inquietante encrucijada vivió la ONG Poder Ciudadano cuando al organizar una ronda de intercambio con los candidatos a presidente encontró que uno de sus miembros se opuso a que fuera parte Javier Milei de esos debates, por considerarlo un autoritario anti sistema. Los demás miembros le trataron de hacer entender al filósofo Alejandro Katz que son las reglas democráticas escuchar a todos, inclusive a los que están en las antípodas, y que desde esa institución se iba a seguir apoyando el pluralismo. La historia terminó con el prestigioso ensayista presentando su renuncia a Poder Ciudadano.

¿Dónde están los límites a la libertad de expresión y quiénes se pueden adjudicar ponerlos? Es un debate interminable y de difícil resolución, sobre todo en un contexto de retroceso de los valores democráticos en la sociedad y el avance de líderes autócratas en las tomas de decisiones.

Desafíos que el presidente de Poder Ciudadano, Hugo  Wortman Jofré, sintetizó en su discurso a propósito de los 40 años de democracia,  diciendo: “Siento que la sociedad civil va a tener que estar en guardia permanente

Aun se recuerda, en pleno gateo de la democracia argentina, aquella solicitada a favor de los genocidas que a mediados de 1987 pretendió publicarse en varios diarios. La mayoría de los periodistas, en las trichcheras de las redacciones,  se opusieron a que en las páginas de los matutinos se escribieran loas del General Videla.  El genocida ya estaba en camino a ser condenado por delitos de lesa humanidad, en un episodio histórico fundacional del nuevo contrato de convivencia. El asunto se judicializó: el dilema fue si se publicaba la solicitada a favor de Videla , por principios sagrados de la libertad de expresión, quienes lo hicieran podían ser considerados apologistas de delitos aberrantes.

Décadas después, de transitar le modelo de vida democrático , hay que decir que Milei no es Videla, desde el punto de vista que no ordenó matar a nadie ni hacer desparecer personas  (al me nos por ahora), pero fundamentalmente fue legitimado como el político más votado de la “casta” de las PASO. ¿Cómo entonces excluirlo de cualquier debate?

Es más , si existiera alguien o algunas personas con la chapa de anular debates, ¿sería efectivo en un una era atravesada por la horizontalidad de los discursos a través de las redes sociales?  El rumbo de construir un pensamiento crítico, a los mensajeros del odio, debería partir de una premisa: desandar sus argumentos efectistas por otros de intensidad racional. Un trabajo arduo y desgastante, pero a la larga la única manera de tratar de convencer al otro .

Milei reapareció en un acto portando una verdadera motosierra y una réplica de un dólar gigante , en un acto político en La Plata, donde prometió que de gobernar el país “no habrá rincón donde La Cámpora se pueda esconder”. Suena algo así como “al enemigo ni justicia”.

Su candidata a vice, Victoria Villarruel, quiere la reivindicación de las victimas del terrorismo de los 70 , al tiempo que guarda en sus retinas las visitas que le hacía en la cárcel al dictador Videla. La referente en materia internacional de los libertaros señala que hay que reconocerle sus derechos a los isleños de Malvinas. Todo esto, en un segundo tiempo de campaña donde antes hubo promesas dolarizadoras y avisos de compra venta de armas y órganos humanos. El soberano dirá cómo manejar su bronca con los otros candidatos y si a la hora de castigarlos valen cuatro años darle la oportunidad a un personaje de estas jactancias.

O será el tiempo, como dijo en una ponencia el filosofo español José Antonio Marina de entender que “no todas las opiniones son respetables, lo que es respetable es el derecho a exponer tu opinión”.

Horacio Caride