Quilmes buscaba director técnico y Caruso Lombardi era el candidato número uno. Pero la dirigencia dio un volantazo y optó por Julio César Falcioni. Entonces, ardió troya…“Es una falta de respeto. Me querían a mí y terminaron arreglando con otro”, tiró Caruso. Enseguida llegó la respuesta de Aníbal Fernández, el flamante secretario General de la Presidencia. “El mejor papel de Caruso es el de la publicidad de Pepsi. La realidad es que no llegamos a un acuerdo, si ahora se pone la gorra es un problema de él. No hay que enojarse si la negociación no llega a buen puerto”.

No podía faltar, claro, la palabra de Caruso Lombardi: “¿La gorra es tapar a los tipos que no te pagan? Yo no tengo gorra, tengo códigos. No comparemos amigos con boludos. Yo no vivo de las promesas, vivo de la realidad, y la gente también”.