Una Cristina explícita y con subtextos se mostró con Massa: todos lo velaron a Alberto

Contó entre telones del armado final de la campaña de la UP con dardos venenosos.

En la vida hay textos, contextos y subtextos. Estos últimos, Cristina los maneja con maestría. Fue un apoyo el que le dio la vice a Massa en el acto realizado para la presentación de la repatriación de un avión de los vuelos de la muerte. Tras el paso discursivo institucional, del candidato de Unión por la Patria, Massa nunca se imaginó que lo sucedería la palabra de una Cristina cargada de reproches.

Siempre que guarda semanas de silencio, la líder del kirchnerismo produce un tsunami dentro del oficialismo. Esta vez no fue la excepción. Su presentación tuvo como primer plano de objetivo,  explicar a la militancia el motivo de haber prescindido de la opción pura k, es decir del ministro Wado de Pedro, el de la “generación diezmada”. El subtexto aquí fue que  “Ella no abandona a lo hijos, sino que el contexto hizo que se tengan que momentáneamente sacrificar a uno de los suyos”.

Con nada de disimulo, hizo quedar al presidente de la Nación como un operador mezquino que entrega a quien sea por un par de lugares en una lista para las PASO. Subtítulos para alguien que se esté haciendo los rulos: “Scioli, el traicionado”. Aclaró que llamó a Daniel a quien le dijo “yo no te bajé”.

A Masa le tocó el hombro con estridencia cuando mencionó al FMI y sus nuevas condiciones para llegar a un acuerdo con la argentina. Malena, que siguió con emoción el parlamento inicial de su marido, transformó sus lágrimas en inquietud ante el confesionario en el que incurrió la vice.

¿Gobierno? Alberto estaba “atravesado” por un sable en una acto con Lula. (foto fantástica de Adrián Machado , Reuters).

Cristina remarcó, en su percepción, que el haber llegado a la síntesis de unidad demuestra que el espacio que representa sigue siendo articulador real del peronismo. Lo otro: es “la paz de los cementerios”.

Ignoró a un tal Juan Grabois que, dolido por la opción Massa, anotó a su espacio de románticos k a competir en una “PASITO”. A la vez, re acomodó su relación con Agustin Rossi un distanciado de la Señora pero que nunca sacó los pies del plato. Su prematura sintonía con Alberto quedó en la borra del ultimo café y para congraciarse con el proyecto k, reflotó la idea de una nueva Ley de Medios.

Nunca mejor representada metafóricamente la situación del internismo, de cómo el piquetero, desencantado, presentó los avales de competencia en un carro de cartonero.

En definitiva, el de Cristina fue un apoyo con balizas, para demostrarle al adentro y afuera que su impronta de mando seguiría intacta. Tan molesta siempre con los enfoques periodísticos, explicitó que se siente proscripta, y que es la dirigente que mejor mide en el frente oficialista. Para un Massa que le gusta apostar, tendrá que imaginarse cómo sigue la novela de “hay amores que matan”.

Horacio Caride